viernes, 13 de marzo de 2009

EL MIEDO A ESTAR DESNUDOS




En la televisión podemos ver a toda hora escenas de violencia cruda y brutal, partes de cuerpos volando cercenadas por algún Fredy Kruger, al Dr. Aníbal Leccter saboreando el cerebro de un hombre vivo paralizado, sazonando cada parte con el placer de un gourmet caníbal. Pero si en esa misma cinta se vieran desnudos totales, inmediatamente seria censurada. Lo grotesco de esta forma de entendernos y vernos, esta en que tememos mirar genitales humanos pero exponemos las partes más oscuras de nuestra anatomía mental. Y nos son mucho más aceptables que mostrar nuestra desnudez.

Nuestros niños son protegidos de imágenes de cuerpos, de falos y vaginas, como si estos llevaran algún mensaje oculto que supera cualquier horror y perversión. Podemos ver a la niña de la casa deleitándose con las imágenes de terror sangriento y algunos hasta sonreirán, pero nos enjuiciaríamos y quizás la llevaríamos al psicólogo mañana de estar ella absorta ante el cuerpo desnudo de un hombre.


Sería bueno saber el como paso. En que momento nos transformamos en una sociedad textil ,cubierta de diversas capas de camuflaje para ocultar nuestros cuerpos y sobre todo comprender el porque. El vestido es también utilitario, pues no tenemos protección natural contra el frío o el sol, pero el porque nos asusta vernos desnudos cuando este ropaje no es necesario para protegernos del clima, es el asunto que no se comprende. Podría aventurar que hemos cubierto igualmente nuestra verdadera esencia para cubrirnos y camuflarnos espiritualmente. Estamos llenos de disfraces por dentro y por fuera. Encasillados en un rol y una forma de pensar que adoptamos para cubrir nuestra humanidad. Aquellos que se atreven a quitarse la ropa son vistos como provocadores y trasgresores, cubiertos por prejuicios en ausencia de las ropas. Los ponemos a un lado y necesitan muchos permisos especiales para no ofender a la gran mayoría vestida. Pueden ser llevados a la cárcel y en ciertos lugares de EE UU, el gran ideal de libertad, tener penas muy duras y largas.

En los países del Islam ortodoxo las mujeres asoman los ojos tras una mirilla en los trajes llamados burkas. Su cuerpo es preservado para los esposos, como una forma de respeto a dios, resulta tan ofensivo el cuerpo femenino a la moral pública, que las que se atreven a no usar esta indumentaria van también a cárceles, son detenidas, pues ofenden al resto. Entonces la desnudez es una forma de ofensa y el lenguaje del cuerpo desnudo una provocación en casi todas nuestras culturas y en algunas llega al extremo de rigidez, muy asociado a la rigidez mental de sus creencias religiosas. Sin embargo la desnudes es la experiencia mas pura de inocencia y de mostrar debilidad, cercanía a lo llamado espiritual. Como lo confirman las fotografías de Spencer Tunick quien retrata cuerpos desnudos en medio de las urbes. Y el cuerpo humano se ve muy ajeno a la arquitectura de formas barrocas o al post modernismo del concreto. Una apariencia sin relación con su medio. Pues debajo de los hábitos estamos siempre desnudo, solo ocultamos fragilidad y humanidad, y construimos como si realmente la ropa fuera parte de nuestro ser. El porque construimos urbes tan poco relacionadas con esta fragilidad y con tan poca armonía con nuestro físico es un misterio, como lo es el porque tenemos tanto miedo de nuestra sexualidad y genitalidad. Hemos tenido que inventar dioses terribles que ordenan la sexualidad y la rigen en patrones de lo bueno, malo y lo perverso también forma de parte de este misterio, como porque estos dioses exigen ropaje y su relación con la “santidad”. El ser realmente nos asusta, estamos preocupados por escudriñar el universo mandando sondas espaciales pero no podemos vernos desnudos y no nos preocupa, o fingimos que no es miedo sino moral y protección.. Pero ¿de que nos protegemos al no vernos?

El mito de la creación nos dice que Adán se vio desnudo al acceder al pecado que muchos interpretan como el conocimiento. Es decir al aprender nos asustamos de nuestro cuerpo. Tenemos la idea de vivir sobre bases sólidas que nos ha dado este conocimiento o esta interpretación de lo que suponemos real, pero sin embargo carecemos de sabiduría, pues realmente no comprendemos realmente a que le tenemos tanto miedo y si detrás de nuestra ropas se oculta una suerte de desnudez social que no soportamos ver, pues quizás no nuestra sociedad y patrones culturales no soportarían la sabiduría y el conocimiento del ser humano sin ropas y por ende sin religión ni prohibiciones. El porque tenemos tanto miedo, que nos asusta de mirarnos y reconocernos con anos y genitales parece no interesar a ningún científico, o es que quizás este solo esta jugando a la comprensión y lo único que hace es escudriñar nuestro pequeño mundo para darnos noticias de cómo puede ser el universo, pero realmente no comprende y tiene tanto miedo como nosotros de entender realmente que somos y que pasa.



Actualmente mucha gente esta preocupada por ver mas allá, llevar la mente hacia la comprensión de nuestra esencia y de la realidad y de estar conciente de que esta pasando, para llegar a ese estado desafían mucho de lo establecido. Pero mucha de esa misma gente suele aterrarse de su cuerpo y de la sexualidad con todas sus variantes, suelen ver desarmonía en rasgos humanos como la homosexualidad o la masturbación concentrados en un ser humano cultural y angélico. Tampoco serian capaces de afrontar la desnudez. Entonces, vale preguntarse, es realmente importante comprender el cosmos desde una perspectiva ideal y fingir que entendemos que esta pasando sino somos capaces de enfrentar nuestros cuerpos tal como son.

miércoles, 11 de marzo de 2009

De la coca nuestra a la cocaína


Hay coquita de los Auquis (1), danos, danos tu perdón
Cura, cura las heridas
Que nos dio la transgresión…

(Icaro (2) Rosa Giove, Tarapoto-Perú)



De estar en las chuspas (3) de los incas la coca ha hecho un largo viaje, no solo trasformando su aspecto y niveles de concentración sino tomando otros imaginarios colectivos muy distintos a los que sus primeros usuarios concibieron al tomar la planta de las montañas subtropicales de los andes, sacralizarla, usarla para sanar y curar. Como moneda y pagar los favores de la divinidad. La coca no hace mucho tiempo realmente era distinta en uso y como referente cultural. Si dejamos de pensar en lo que valoramos como “tiempo” por nuestra percepción humana, entonces veremos que las etapas históricas nuestras no son ni un pestañeo para el cosmos y que en realidad lo que pasa en este instante no es nada lejano a la destrucción del imperio inca, la expansión de la cultura de la europea y el nada previsible destino de la coca. De las manos de los sacerdotes en ofrenda a dios. Ha pasado ha las pozas de maceración de los narcotraficantes donde mezclada con elementos tan destructores de vida como kerosene y acido clorhídrico logra niveles de concentración que estremecen a los usuarios de las urbes modernas, causándoles niveles de embriaguez que tienen poco que ver con la comprensión inca. Ha pasado, el viaje de la llamada modernidad a un uso que se ve indigno y una total falta de respeto a la inteligencia y al orden de quienes la cultivaron primeramente. Esta indignidad no esta en los prisioneros de la pulsión de la cocaína, como quieren hacernos creer. Esta en los prohibicionistas que originan el narcotráfico, esta en el dominio psicológico de quienes construyen demonios en los usos humanos para pervertir todo lo no conocido por el etnocentrismo europeo. La indignidad esta en el uso violatorio de lo sagrado en nuestra cultura europeizada y el hundimiento de nuestra comprensión humana reducida solo a tragarnos las cosas, destruyéndolas y quitándoles su esencia.

La conquista de Sudamérica, con el resultado de Apocalipsis para culturas como la Inca, representa uno de los actos mas estupidos de la especie, la razón en si, es el genocidio y la destrucción estéril. Naciones condenadas a la miseria y a la pobreza en nombre de cosas tan burdas como la expansión de la fe en un dios y de una cultura con rasgos de salvajismo y deshumanizada por las supersticiones y el oscurantismo. Sin embargo hemos sido educados para ver este acto como un paso hacia la modernidad. Una modernidad nacida de la crueldad y del saqueo, del consumismo y la brutalidad. Nuestra mente ha sido tan condicionada que no reparamos en lo violatorio de este acto y en nuestra deshumanización pues hemos dejado de comprender el conocimiento que escapa a la visión europea. No hemos crecido, sino nos hemos empequeñecido en comprensión.

El uso moderno y occidental de la hoja de coca, ligado a las pozas de maceración, a los tóxicos y al sufrimiento de los llamados “adictos”, de delincuentes y guerrilleros. Esta muy unido a este acto de violación de lo humano. A esta falta de respeto total por la comprensión que habían alcanzado otras culturas y su hundimiento en la miseria. Si vemos realmente la hoja como una entidad sagrada de la cual aprendían los incas, entonces quizás comprendamos la ira de esta entidad. Lo que esta pasando al convertirla en demonio, tomar lo santo violarlo y demonizarlo tiene un precio que vemos en nuestras crónicas policiales.

Toda destrucción implicaría un perdón y una reparación, para poder limpiarla y superar el error. Esto no se traduce reconstruir imperios o sociedades, que también tenían sus defectos, como proclama la locura indigenista. Sino comprender el nivel de lo profano de nuestra cultura, reconocer que es nuestra idiosincrasia la que trasforma una planta bienhechora durante milenios en símbolo de la oscuridad y la perversión. Comprender que algo no funciona en nuestra sociedad tan llena de valores y reglas, y que sin embargo no es capaz de confiar en la autorregulación del acceso a otros niveles de conciencia a través de plantas y verlas realmente como caminos al conocimiento y la profundidad. Comprender que el modelo prohibicionista ha originado el caos, no la sustancia y menos la hoja que en su uso tradicional es un acceso a los dioses y en el moderno un camino a nuestros propios infiernos.

(1). Auquis : Nobles incas
(2). Icaro : Canto Chamanico, usado para sanación y en las ceremonias de Ayahuasca del Amazonas
(3) Chuspas : bolsas incas donde llevaban algo de hojas de hojas de coca para mascar por el camino.

jueves, 26 de febrero de 2009

SOBRE EL AMOR Y EL SUFRIMIENTO


El conflicto nace fundamentalmente por dos causas, la primera de ellas es la imagen y la segunda la comparación. En el caso de la imagen es la idea que hemos desarrollado de nosotros mismos y como nos vemos. También tenemos imágenes de los demás. Estas imágenes están en el mundo del pensamiento por tanto son incompletas, el pensamiento depende del conocimiento y no podemos saber todo, así que es subjetivo, siendolo también las imagenes que producimos. Las imágenes son fabricadas según el país al que pertenecemos, nuestro sufrimiento y experiencia, es decir nuestro devenir o conocimiento. Entonces pensamos en base al conocimiento. Solo podemos pensar con los parametros conocidos. Como hemos sacralizado el pensamiento y al pensador como los estandartes de nuestra cultura entonces la imagen que nos produce las consideramos fruto de la razón y las aceptamos como verdad. Sin embargo no tomamos en cuenta que estamos presos del pensamiento y por ende la imagen solo es una una idea.

Nosotros vemos con el pensamiento, nos apartamos del mundo para observar, considerando que nuestro pensamiento puede decodificar todo. Sin embargo al ser este fruto del pasado, vivencias y sufrimiento, esta limitado por esto. Entonces el pensamiento corresponde al mundo de lo que conocemos o hemos vivenciado, sin embargo nos consideramos en capacidad de formar imágenes y decodificar todo en base a esto. Interpretamos con el pasado, lo que esta sucediendo en el presente, es un mecanismo del pensamiento en el cual creemos ciegamente. No estamos intentando comprender sino clasificar y formar imágenes, no nos consideramos parte del todo y por ende codificamos en imágenes lo que percibimos, sin comprender realmente desde la inteligencia o el corazón. Y poder ver los fenomenos presentes con libertad e inteligencia.

Entonces que pasa con el conflicto, es simplemente cuando algo o alguien ataca esta imagen que nosotros consideramos cierta. En el caso de los seres “amados” esta imagen la tomamos como segura pues nuestro pensamiento nos ha dado pautas para amar. Si algo o alguien contradicen esta imagen sufriremos intensamente, nos sentiremos traicionados y manipulados para fabricar esa imagen, que al final solo fue fruto de nuestra propia idea y necesidad de seguridad. El asunto es que no vemos que el amor no puede partir del pensamiento sino de la compasión que es la comprensión. Entonces no hemos traducido el amor como comprensión y compasión sino amamos la imagen, lo que hemos aprendido a ver en el otro o hemos recreado de el, no lo amamos solo nos da placer en cuanto coincida con nuestra imagen, entonces ese tipo de “amor” se convierte en un acto egoísta sin trascendencia. Si amaramos realmente sin la imagen, con el corazón y sin el pensamiento, comprendiendo al otro y con compasión, entonces no sufriríamos pues no necesitaríamos que los demás correspondan a nuestras ideas, tampoco no nos sentiríamos heridos, pues las heridas del otro, son porque hiere nuestra imagen o el concepto que tenemos de nosotros mismos. Tampoco caeríamos en la comparación que muchas veces nos duele pues al carecer de imagen no habría que comparar.

Para comprender realmente no podemos estar presos del pensamiento y de la imagen. Tenemos que lograr vaciar la mente de códigos inscritos en toda nuestra existencia, por libros, maestros, religiosidad y tranquilizar la mente. Solo así podemos obtener algo de vacuidad o vacío para llenarlo de amor y comprensión. El asunto es lograr mirar con la compresión y por ende la compasión y amar realmente. Sino no hemos comprendido ha alguien no lo estamos amando, solo lo estamos idealizando con la imagen y comparándolo, estamos dándole placer a nuestro ego de reforzar nuestras ideas y conceptos pero no amamos, solo nos satisfacemos.

lunes, 23 de febrero de 2009

Las drogas y los Drogadictos como un Resultado Cultural.




“No se puede curar a un adicto hasta que le das todo lo que quiere y ya no pide más”


Abordar el tema de la adicción desde una perspectiva amplia supone redefinir el pensamiento. Cuando escuchamos la palabra adicción inmediatamente nos remitimos mentalmente a las drogas prohibidas y total miseria moral. Vivimos tiempos en los cuales se ha estigmatizado a los usuarios de determinadas sustancias creando chivos expiatorios sociales llamados drogadictos.


Desde el punto de vista clínico el drogadicto es un dependiente de una sustancia externa, pero olvida esta definición, que nuestro cuerpo es un gran laboratorio y que existen numerosas adicciones cuya causa son sustancias imposibles de controlar pues las fabricamos dentro de nosotros mismos. Es así que un adicto al amor, o la sensación de sentirse apasionado produciría compuestos similares a la heroína. Tenemos personas enamoradas constantemente, en amores tormentosos que destrozan su vida. También adictos al sufrimiento y hay los que son consumidores de la adrenalina del juego, y se hunden también en situaciones espantosas.

Pero la sociedad ha centralizado dentro del universo de los adictos, a los usuarios de sustancias exógenas prohibidas como la cocaína, o la heroína para descargar sus horrores. Creando seres en el imaginario colectivo totalmente embriagados de placer, cuya miseria esta más allá de cualquier horror y estan en la degradación infinita. El asunto es que se ha mitificado la sustancia demonizándola, no se ve la pulsión como base del problema y el vacío existencial humano, como causante de esta. Se culpa casi exclusivamente del abuso de las sustancias, a la sustancia misma, como si esta hubiera tenido algún tipo de desarrollo evolutivo o creación demoníaca, para degradar a la humanidad y no fueran los usuarios, o nuestra forma de ver el asunto los participantes o co participantes del problema.

Entonces tenemos individuos degradados por el consumo de “demonios” encerrados en estas sustancias, que se unen en aquelarres de placer a las sustancias espantosas cuyo solo contacto conducen a las familias y al mundo entero al borde de la destrucción. Esta visión totalmente maniquea y fruto de un manejo ignorante y prejuicioso del problema es lo que nos esta llevando al caos, al abuso de las mismas sustancias, al construir demonios y oscuridad en compuestos y plantas con las que la humanidad a convivido durante milenios y ha utilizado para alterar su conciencia para fines lúdicos de placer o de conocimiento.

En este Apocalipsis pintado por los medios y los Estados nacionales, esta retratada casi toda nuestra cultura obtenida de la represión y del abuso del poder psicológico o la violencia pura. Valdría la pena intentar decodificar la situación desde otra perspectiva. Si vemos al llamado adicto como el resultado solo del abuso de una sustancia, lo encasillamos en un sátiro post moderno encerrado en el placer. Estaremos en la misma dinámica social que encierra en si el problema. No la del que lo analiza con animo real de solución. El abuso de sustancias y todo este cuadro de drogadicción es un fenómeno del siglo XX, esto coincide con el predominio de una potencia mundial nacida del empeño de los puritanos al establecerse en Norteamérica, puritanos horrorizados del placer y de la dualidad humana, que en un afán de purificación absoluta y arranques místicos, que lindan con la esquizofrenia social, queman a las brujas o aniquilan a los “salvajes”. Este modelo cultural se ha adueñado del mundo, pues paradójicamente vende muy bien la idea de la perfección y del éxito. Así como nos hace creer que poseen la verdad pura, y que lo demas es salvaje o inutil.En este esquema no se admite la embriaguez más que como una disolución total de la conciencia, pues se teme a la la embriaguez, que resulta en otro tipo de conciencia inadmisible para quienes pretenden haber visto la luz, ser dueños de la virtud y expandirla por la humanidad.


En 1919 EE UU en su lógica folklórica nacida bajo las sombras del Mayflower prohíbe la venta del alcohol en su territorio, con lo cual el consumo per cápita de esta sustancia bajo en una década de 6 litros a cinco litros. A este “gran logro” habría que restarle las pérdidas humanas por asesinatos debido al tráfico ilegal, el predominio de la delincuencia, el desgaste de la sociedad en la transgresión de la norma y más aun el incremento del alcoholismo pues este paso a ser mal procesado y vendido sin ningún control de grados alcohólicos y toxicidad. Entonces menos personas consumían alcohol porque no era lícito, pero había más alcohólicos por una sustancia mal elaborada. Además del gran problema social originado por la marginalidad del usuario y la delincuencia.

A pesar de todo el mundo ha hecho suyo el modelo prohibicionista, que para ser validado necesita de chivos expiatorios llamados “drogadictos”. Estos lejos de aparecer ante el mundo como prisioneros de la pulsión, fenómeno humano y común, una forma más de sufrimiento. Son los estandartes de inmoralidad y degradación al que empujan los demonios encerrados en estas sustancias y ejemplos humanos de lo necesario que es el modelo prohibicionista. Entonces se origina una sociedad con seres estigmatizados debido al tipo de pulsión que les ha tocado vivir. Y por otro grandes fortunas, mafias y crimenes dentro del fenómeno del narcotráfico.

Dentro del modelo de pensamiento judeocristiano con el que traducimos al mundo, hemos unido al placer el pecado, el amor al sufrimiento, y necesitamos prohibir o eliminar cualquier pensamiento disidente, mediante la fuerza del castigo, cabe en esto muy bien el modelo prohibicionista. Sin embargo este modelo lejos de ayudar a eliminar, convivir o paliar el problema lo acrecienta. Pues el llamado drogadicto encuentra en la sustancia no solo un paliativo químico a su pulsión, sino una serie de contenidos psicosociales que lo castran como ser humano y lo convierten en un ser marginal. Elementos culturales colocados ahí, para supuestamente parar el consumo pero solo agrandan al “demonio”. Lejos de ser un disuasivo frente a la sustancia acrecienta su consumo, pues el que opta por esto, precisamente desea ser castrado, inconcientemente destruido, marginalizado y hundirse en esta locura social. No esto obviamente lo que causa la “drogadicción”, digamos exclusivamente, pero convierte a las drogas ilegales en mas atractivas.

Las sustancias prohibidas, gracias a las propagandas prohibicionistas y la satanización han adquirido poderes en la mente humana en las cuales son un elemento de suicidio social, de sufrimiento moral, y destrucción colectiva. Son entonces hoy, las sustancias, una herramienta mucho más poderosa que cualquier demonio medieval. Y por ende son mucho mas atractivas, para el que quiere disentir y no encuentra otra forma mas que su propio cuerpo y con él puede transgredir o suicidadse lentamente. Fenómenos, que no solo se dan con estas sustancias, pero hemos hecho de ellas un atractivo símbolo social para muchos. Entonces la prohibición estaría ayudando al fenómeno llamado drogadicción y esta muy lejos de ser una herramienta lógica para ayudar en el problema.

La ética prohibicionista olvida la pulsión como fenómeno humano, se centra en la sustancia. Olvida que es la pulsión. Que no es más que repetir un acto descontroladamente y de manera autodestructiva. La pulsión esta unida a la carencia y la búsqueda de llenar este vacío que casi siempre es inconmensurable. Hace que optemos por repetir un placer o enamorarnos de una sensación. La pulsión crece en la medida en que los seres humanos somos mas carentes. Y preguntemonos cuando hemos sido mas carentes que en esta momento, rodeados de modelos físicos inigualables, de familias perfectas y felices que nunca son las nuestras y de amores con finales felices que casi nunca viviremos. Entonces esta sensación de carencia, de no pertenencia a un mundo perfecto, que nos domina a través de los medios y creemos real, aumenta la pulsión. Vivimos pues en un mundo carente y con altos grados de vacío, por ende pulsión pues necesitamos “llenarnos”, sentimos hambre de lo que no podemos tener.A este mundo le hemos dado la mejor herramienta para escapar de esta necesidad y dolor, del sufrimiento, de la imperfección común y no ser un héroe de película o un santo digno de altares. No hay mejor escape y herramienta de autodestrucción que es construir el demonio llamado droga y convertirse en drogadicto para castrarse de una vez por imperfectos.

Si alguien leyó hasta aquí, estará pensando que casi todos somos infelices o muy poco felices, sin embargo no todos padecemos el mismo grado pulsión, a pesar de contrastar diariamente nuestra imperfección frente al modelo social que nos venden. Definitivamente el tratar de llenar este vacío, este “hambre”, y la forma e intensidad de hacerlo, esta anclado al sufrimiento infantil donde se define como asumimos el ser. A mayor sufrimiento y carencia de amor real, la pulsión será mayor. Esto no es ninguna novedad o tesis inquietante pero es necesario mencionarlo puesto que hay que aclarar, que no es solo el modelo psicosocial lo que estaría causando altos grados de pulsión, sino nuestra programación infantil, genética o si vamos mas haya nuestra propia esencia personal o alma frente a los que nos toco vivir. Pero lo que quiero dejar claro, es que la pulsión y la drogadicción, no están siendo aminoradas por el modelo prohibicionista y la visión cultural que tenemos del problema, por lo que nos han impuesto como verdad, sino más bien lo acrecienta. Hace el problema "mas problema"

No se trata de pedir ciegamente se levante este sistema prohibicionista una tarde cualquiera, sin ningún control. Ya se hizo demasiado daño a la conciencia humana, para que podamos regularnos de pronto. Sino tratar de ver la verdad y encontrar soluciones. También se tratar de liberarnos mentalmente de toda la programación absurda que tenemos sobre el tema y mirar con mas libertad y conciencia el asunto, para encontrar soluciones mas humanas y con mayor compasión. Coherentes con los que están presos de la pulsión y marginalizados, porque su pulsión esta demonizada.También se trata de ver que tan libre estamos de pulsiones, de amores insanos, de perversiones, de vicios y oscuridad. Sin embargo nos alzamos como superiores de los que padecen una pulsión más evidente y asumimos la capacidad de “curar” su sufrimiento prohibiendo el consumo de manera legal. Esto no puede ser así, no tiene ninguna posibilidad de éxito, y mientras estemos nosotros en esta ética, también seremos prisioneros de las drogas ilícitas pues nuestra incapacidad para ver con claridad, de mirarlas sin demonizarlas nos pone también en dependencia, del miedo y la ignorancia frente a algo, estamos dependientes del pensamiento, pero es también dependencia.

Lo más penoso es que casi la totalidad de quienes intentan paliar el problema están también prisionero del mismo, por el asunto de no poder ver con libertad. Drogadictos, legisladores y terapeutas parten de misma visión y la cantidad de prejuicios de unos, va unida a la intensidad de sufrimiento de otros. Entonces por ejemplo el terapeuta esta atrapado en una forma de traducción semi religiosa y científica de pautas para trabajar con adictos y excéntricas generalizaciones del origen del consumo y la inhumanidad del otro. Esta, tan por encima del adicto, ideologizado y en su rol social de corrector, exorcista y curador que no puede sentir real compasión por el, tampoco sanarlo pues el adicto es un ser carente con problemas de alma, y no se toca el alma sino con amor y compasión real. No ve el tratante que estas traducciones científicas e incluso visiones religiosas no están más que en su pensamiento y por ende están limitadas, pues no hay una verdad absoluta y no se puede curar el caos social y familiar que ha conducido a alguien a la pulsión, llenándolo de contenidos culposos y el propio caos de nuestra cultura social. Que el problema que enfrenta no esta en visiones subjetivas, sino mas bien en amplitud y el reprogramar el pensar hacia lo individual, el desarrollo de la propia conciencia y fortaleza, y su herramienta es la compasión no el dominio psicológico. Pues lo que ha causado la drogadicción es precisamente la subjetividad y el prejuicio. No se puede curar con eso.



jueves, 31 de julio de 2008

DECONDICIONAMIENTO Y LIBERTAD



Vivimos en un mundo en el cual hemos sacralizado ciertas formas de vida e ideas, para llevarlas al ideal de lo que debe ser. Un mundo en el cual otros se han encargado ya de diseñar los objetivos de vida y las cualidades que deben enmárcanos para ser felices. Sin embargo el ser humano es un ser que parte de la individualidad en el pensar. Si bien es un ser cultural y social sus procesos internos son los que determinan si es feliz o no finalmente. En este choque entre el ideal impuesto y la propia reflexión interna quizás estribe uno de las mayores causas de vació e infelicidad modernas.
Todos sabemos como debemos ser, pero no como somos realmente, nos hemos perdido de vista dentro de tanta imposición de medios masivos y ruidos culturales. Poder vernos en este mundo moderno resulta todo un reto y quizás la mayor dificultad. Pues para vernos tendríamos que tener un destello de luz dentro de la oscuridad mental que nos impone una cultura que no busca la individualidad o el desarrollo de la conciencia sino la cultura del hincha de una cancha de fútbol mirando de izquierda a derecha el devenir de una pelota y perdiendo siempre de vista la consistencia de su propia naturaleza.
En la película Matrix, vemos que los seres humanos han perdido la batalla contra las maquinas y estas los mantienen vivos solo para que les sirvan de baterías. A su vez han desarrollado un programa que sujeto a las terminaciones nerviosas de este humano inmovilizado le simula una realidad virtual y “viven” sin existir realmente o sin ser concientes.
Si bien el asunto de Matrix parece demasiado irreal o duro, que tanto de nosotros vive una especie de software cultural, elaborado en siglos de sistematización, de represión y aprendizaje de normas y limitaciones, de traducciones de lo que “es” y lo que no.. Que tanto de nosotros puede escapar de este aculturamiento para ser conciente de la realidad.
Solo vemos lo que hemos aprendido a ver, y traducimos solo lo que podemos como realidad. Nuestra forma de existencia es netamente cultural y nos sumergimos en lo conocido por temor a enfrentar realidades distintas, vivimos una suerte de sueño cómodo donde todo lo que vemos es previsible y ya acondicionado a nuestra capacidad de aceptar y percibir.
Pero ¿somos esto realmente? Es nuestra naturaleza tan limitada que no puede percibir otras frecuencias de existencia, que no pude ver otras verdades mas que las ya condicionadas o las que suponemos existen. Vivimos aceptando nuestros demonios a quienes alimentamos y necesitamos. Demonios casi siempre culturales como la “pandemia” del SIDA o la cultura de la prohibición del uso de sustancias psicoactivas y sus trágicas consecuencias. También vivimos sujetos a traducciones de dios hechas por las grandes religiones y perdemos la conexión con nuestra esencia divina. Nos hemos deshumanizado en algún momento de este intento de perfección, condicionándolo todo, estableciendo formas de felicidad y de infelicidad. Estableciendo que es real y que no lo es. Nuestro destino no pude ser desaparecer creyendo solo en lo impuesto, nuestra percepción es inmensa y esta limitada solo por el miedo, haga la prueba...

lunes, 14 de julio de 2008

SIDA LA VERDAD CENSURADA


Nuestra época esta marcada por una palabra y esta es el SIDA, la revolución sexual que se inicio en la década de los sesenta del siglo pasado y toda la cultura de libertad individual y el dejar de temer castigos divinos para el placer quedo atrás, de alguna manera, pues ante el crecimiento de la “insana” sodomía vino un castigo tan palpable como el SIDA. Demonios mas modernos, activados desee sofisticados laboratorios remplazaron a nuestro folklórico Satanás cada vez mas racionalizado. La sociedad se volvió a vestir de alargados calzones y los homosexuales, drogadictos y sibaritas del fornicio fueron más diabólicos que nunca.

Este poderoso virus, que según los científicos muta constantemente y no puede ser aislado, ha sido según rumores capaz de trasmitirse a través de las paredes de un preservativo, y mas crear innumerables ONGS que ofrecen pruebas de ELISA por doquier, en un intento de salvar la humanidad de la pandemia.
Un adolescente de hoy al iniciar su vida sexual, no solo deberá pensar si podrá responder con buena performace a su eventual pareja, venciendo la desinformación y la aun pacata moral sexual, sino pensara si esta es de “riesgo” y si morirá en un periodo cercano. Entrara no solo en una vida sexual, sino en noches tormentosas después de una parranda pidiéndole a cualquier divinidad, el no morir pronto entre la vergüenza de haber contraído una enfermedad asociada a homosexuales y drogadictos.

Sin embargo casi desde su inicio un grupo de científicos viene cuestionando la existencia del VIH como causante del SIDA, dicen que las pruebas de ELISA son una estafa pues cualquiera puede salir positivo a ellas y peor aun que el uso de retrovirales es un genocidio. Para esto se basan en pruebas mucho mas científicas que los “descubrieron” el virus. Esto es que el famoso síndrome no estaría causado por un virus, nunca aislado ni hallado, sino por una alteración del sistema inmunológico causado por diversos factores toxicológicos y nutricionales. Esto significaría que los tratamientos retrovirales lejos de ayudar al organismo a desintoxicarse estarían coadyuvando a la existencia del síndrome al impedir la reproducción celular. También significaría que se ha cometido un gran error al administrarlo masivamente asesinando a millones de personas. También se estaría cometiendo un genocidio al someter masivamente a la población a pruebas de ELISA, haciendo de estas un requisito obligatorio y más aun difundiendo a través de los medios su necesidad como un valor moral y de responsabilidad. Una persona cuya prueba de ELISA sale positiva se hundirá casi siempre en el terror y la sensación de una muerte pecaminosa. Una muerte llena de castigos para sus trasgresiones. Un valor moral muy antiguo heredado de siglos de tradiciones oscuras.

Antes de escribir este post indague si existían pruebas científicas que desvirtuaran a los disidentes. Estas no existen, solo artículos que los acusan de irresponsables por difundir sus teorías y otros adjetivos. Lo que llama mas la atención es la debilidad de los argumentos de quienes han descubierto y defienden al virus, argumentos que sin embargo han servido para modificar la conciencia social, crear una nueva cultura y sumir a millones en la desesperanza y la cercanía de la muerte. De otro lado los que niegan la existencia del virus no reciben mayor difusión de los medios y pese a acusar a los otros de genocida y anticientíficos la prensa no parece interesada. Cosa muy extraña por decir lo menos.

La inexistencia del VIH probaría no solo que se ha sumido a la población en la miseria de una pandemia inexistente sin mayores pruebas bajo intereses de una moralidad contaminada sino que también revelaría que nuestro nivel de conciencia es aun medieval pues nos hemos creído el cuento mas fácil, el que los trasgresores están contaminados por una ente contagioso capaz de matar. También denotaría la incapacidad social para ver que una enfermedad esta siendo causada por contaminantes nutricionales, drogas duras, pobreza y stres de poblaciones marginalizadas. Es difícil reconocer esto pues nuestro mundo se asienta precisamente en marginar, en la desigualdad y la pobreza. En general en la apariencia y no en el fondo.

Reconoceríamos entonces difícilmente, si dudamos de la existencia del VIH como causante del SIDA, que el supuesto adelanto de esta era ha desembocado en un suicidio colectivo a nivel celular según las teorías de los disidentes. También que finalmente a pesar de nuestro culto a la materia y lo que consideramos “real” la mente gobierna el cuerpo y la enfermedad es un desequilibrio de un sistema, que no solo puede personal sino social. Muchos conceptos por asimilar que no son convenientes al orden impuesto. Como se ve el VIH debe ser mantenido pues sin este muchos de nuestros valores caerían o bien serian intensamente debatidos.

Aun desconocemos muchas cosas de nuestra naturaleza como seres, más aun ahora que vivimos rodeados de supuestas verdades intocables e indebatibles. Los científicos se encargan de traducirnos el mundo pues no somos expertos en todo y seria vano intentar saberlo todo. Sin embargo atrevámonos como seres pensantes a dudar y debatir.

jueves, 26 de junio de 2008

NOOSFERA


De las definiciones de noosfera prefiero tomar para esta página la de Pierre Teilhard de Chardin teólogo francés, quien anuncia el surgimiento de una capa mental en la tierra, una especie de sistema nervioso conciente que rodea el planeta. Producto de la interacción de pensamientos: “…red de vínculos…literalmente más y más presente, en la inmensidad de su organismo, como la imagen de un sistema nervioso…” Este sistema nervioso sería la función de una “…geotecnología extendiendo una red estrechamente interdependiente de sus empresas sobre la tierra entera…” este teólogo muerto en 1951 prevee el surgimiento de World Wide Web o red de redes, el Internet.

Si vemos esta interacción solo como un acto físico dependiente de la tecnología, nos quedaremos solo con esta red. Pero si vamos mas allá, esta interacción se esta dando en muchos niveles, no solo con esta herramienta de comunicación física, sino de un crecimiento sin precedentes de la conectividad, la comunicación mental, la conciencia y su desarrollo.
Los seres humanos caminamos actualmente a un nivel de pensamiento inimaginable hace solo unas décadas, estamos en el nacimiento de una era que no podemos enfocar aun, como realidad, porque no tenemos referentes.
Esta era donde los pensamientos viajan gracias a la red de manera instantánea e interactuando con receptores insospechados esta revolucionando la conciencia humana y su devenir histórico. Acudimos pues al inicio de un momento humano en la cual morirán las ideologías oscurantistas dando paso a la libertad del ser, pues no son necesarios los filtros de ideas como editoriales o medios masivos para darnos pasó a la información que es el poder.
Vamos tomando entonces poder sobre nosotros mismos, sobre nuestra mente y conciencia. Este poder hará que nuestras facultades comunicativas en un plazo quizás amplio pero seguro renazcan en el individuo, haciendo de la comunicación, ahora dependiente de redes como esta pero libre de filtros, una nueva forma de facultad telepática. La percepción de nuestros pensamientos libremente, nuestra capacidad de poder captarlos como energía es el nuevo paso de esta noosfera a cuyo nacimiento acudimos expectantes.