jueves, 31 de julio de 2008

DECONDICIONAMIENTO Y LIBERTAD



Vivimos en un mundo en el cual hemos sacralizado ciertas formas de vida e ideas, para llevarlas al ideal de lo que debe ser. Un mundo en el cual otros se han encargado ya de diseñar los objetivos de vida y las cualidades que deben enmárcanos para ser felices. Sin embargo el ser humano es un ser que parte de la individualidad en el pensar. Si bien es un ser cultural y social sus procesos internos son los que determinan si es feliz o no finalmente. En este choque entre el ideal impuesto y la propia reflexión interna quizás estribe uno de las mayores causas de vació e infelicidad modernas.
Todos sabemos como debemos ser, pero no como somos realmente, nos hemos perdido de vista dentro de tanta imposición de medios masivos y ruidos culturales. Poder vernos en este mundo moderno resulta todo un reto y quizás la mayor dificultad. Pues para vernos tendríamos que tener un destello de luz dentro de la oscuridad mental que nos impone una cultura que no busca la individualidad o el desarrollo de la conciencia sino la cultura del hincha de una cancha de fútbol mirando de izquierda a derecha el devenir de una pelota y perdiendo siempre de vista la consistencia de su propia naturaleza.
En la película Matrix, vemos que los seres humanos han perdido la batalla contra las maquinas y estas los mantienen vivos solo para que les sirvan de baterías. A su vez han desarrollado un programa que sujeto a las terminaciones nerviosas de este humano inmovilizado le simula una realidad virtual y “viven” sin existir realmente o sin ser concientes.
Si bien el asunto de Matrix parece demasiado irreal o duro, que tanto de nosotros vive una especie de software cultural, elaborado en siglos de sistematización, de represión y aprendizaje de normas y limitaciones, de traducciones de lo que “es” y lo que no.. Que tanto de nosotros puede escapar de este aculturamiento para ser conciente de la realidad.
Solo vemos lo que hemos aprendido a ver, y traducimos solo lo que podemos como realidad. Nuestra forma de existencia es netamente cultural y nos sumergimos en lo conocido por temor a enfrentar realidades distintas, vivimos una suerte de sueño cómodo donde todo lo que vemos es previsible y ya acondicionado a nuestra capacidad de aceptar y percibir.
Pero ¿somos esto realmente? Es nuestra naturaleza tan limitada que no puede percibir otras frecuencias de existencia, que no pude ver otras verdades mas que las ya condicionadas o las que suponemos existen. Vivimos aceptando nuestros demonios a quienes alimentamos y necesitamos. Demonios casi siempre culturales como la “pandemia” del SIDA o la cultura de la prohibición del uso de sustancias psicoactivas y sus trágicas consecuencias. También vivimos sujetos a traducciones de dios hechas por las grandes religiones y perdemos la conexión con nuestra esencia divina. Nos hemos deshumanizado en algún momento de este intento de perfección, condicionándolo todo, estableciendo formas de felicidad y de infelicidad. Estableciendo que es real y que no lo es. Nuestro destino no pude ser desaparecer creyendo solo en lo impuesto, nuestra percepción es inmensa y esta limitada solo por el miedo, haga la prueba...

1 comentario:

Daniel- dijo...

Es cierto el comentario... imaginate cuanta gente vive dentro de la tan "deseada seguridad" y su hija la infertilidad. Aveces me pregunto estaré también vieviendo en ella? No es dificil aceptar su lógica!!

Hay que tener un buen par de pelotas para sacudirse y despertar de ese "matrix".